Antes de las vacaciones de Navidad le pedimos a las familias que guardasen las cajas de cartón de los regalos y que nos las enviaran al reinicio de las clases.
Vamos a comenzar el proyecto EncajArte; en esta ocasión queremos conocer la trazabilidad de otro elemento cotidiano: las cajas de cartón. Investigaremos desde antes de ser cajas, hasta cuando dejan de contener aquello para lo que fueron concebidas; veremos otros usos que se le pueden dar, tanto desde el reciclaje como desde la reutilización, convertidas en juguetes, bloques de construcción, cajas de recuerdos, etc. Pasaremos por el proceso de elaboración del cartón, por la variedad de productos que pueden contener, por los establecimientos y profesionales que las dispensan; por las etiquetas de cada una de ellas; o por sus imágenes publicitarias, entre otras muchas posibilidades.
Un proyecto, como siempre con coste O y que puede dar juego para mucho tiempo.
Ya nos vinieron preguntar si haríamos esculturas con las cajas o si una instalación artística …, creemos que no; no nos gusta repetirnos. En este caso trataremos de desarrollar fundamentalmente la competencia social y ciudadana -las aportaciones individuales al no deterioro medioambiental- y la competencia en iniciativa y autonomía personal -la capacidad de cada cual de buscar sus formas de entretenimiento, fomentando, al tiempo, la creatividad y la imaginación. Y como, no el consumo responsable.
Comenzamos con la lectura del libro «No es una caja«, de Antoinette Portis en Kalandraka, en el que un pequeño conejo encuentra una caja de cartón y empieza a jugar con ella.
Esto mismo es lo que hicimos nosotras estos días, tan sólo, dejarles jugar con las cajas. Ya contaremos.