«Literatura infantil: una minoría dentro de la literatura»

Este es el título de la conferencia a la que asistimos esta mañana impartida por la doctora Teresa Colomer en el marco del 32º Congreso IBBY. Experta investigadora en literatura infantil, autora de libros y de más de 200 artículos sobre la LIJ, centra su trabajo en el análisis de la literatura denominada infantil, en el pasado, en el presente, y sobre todo, avanza las tensiones o los desafíos a los que tendrá que enfrentarse para conseguir la calidad literaria y la formación de lectores. Entre otros temas abordó los que sigue:

Literatura contra pedagogía; habló de la artificialidad de los libros clasificados por edades y por temas; los libros ajenos a la experiencia literaria, seguidores de esa política de la corrección, libros escritos bajo el dictado de los contenidos curriculares. Esto nos hizo recordar una entrevista a Manuel Janeiro con motivo de la presentación de su obra «A abella abesullona», en la que dice que «uno de los grandes males de la actual LIJ es que, aparte de ser, a veces, refugio de malos escritores, se llena intencionadamente de objetivos psicopedagógicos. Estos, los valores didácticos o sociales deben darse, pero implícitamente». El impacto de esas obras en los lectores aun no se conoce.

Literatura sin adjetivos; en la actualidad se entiende la LIJ como literatura, algo que no siempre fue así, ya que había un gran desprecio por este campo -exceptuando el folclore ya que se entendía que éste no había sido creado exclusivamente para niños-, por fortuna ahora se ve con unas nuevas – «gafas valorativas».

El debate cultural: la conquista colectiva de la visibilidad en los medios de comunicación. A medida que el sector iba creciendo, se ampliaba la queja de la escasa atención de los medios sobre este apartado, pese a que mejoró bastante en los últimos tiempos no es para celebrar los éxitos.

La tela de araña de la animación lectora; cuentacuentos, portadores de maletas institucionales, autores que comentan sus obras, promotores de lectura que sobrecargan a los ya superados docentes…, todo un elenco de personajes que pululaba por los centros en pleno sarampión de la animación lectora y de la que no se demostró a día de hoy su incidencia en la formación de lectores. Leer requiere silencio constancia y complicidad, algo que no se puede lograr con acciones anecdóticas y puntuales.

Las leyes del mercado, la marea de la mediocridad; actualmente existen diversidad de géneros, traducciones de obras extranjeras, premios que hacen que cada vez que publique más. Pero también hay un ataque a las editoriales acusándolas de moverse por criterios mercantilistas. Una marea de mediocridad invade las obras que esterilizan el interés del lector con el didactismo. Según Colomer, para leer esos libros es mejor dedicarse a otra cosa. Se apunta también a la responsabilidad de una crítica que separe el grano de la paja.

La imagen; ésta forma parte de la LIJ desde siempre. En la actualidad, en los albúmenes, libros álbum encontramos imágenes fruto de la fusión con los códigos artísticos contemporáneos. La belleza de alguna de estas imágenes ya es motivo suficiente para comprar un libro, pero muchos de ellos sólo viven del impacto del consumidor; son espectaculares, sugestivas, y algunas de ellas, hasta banales. Traspasan al lector la responsabilidad de darle sentido. Aún no se sabe cómo funciona la lectura de libros álbum, cómo funciona el lector en la fusión del código visual y del código escrito. Queda por analizar los efectos de esa literatura infantil y el interés posterior de los niños por la lectura de textos carentes de imagen.

Nuevas formas de ficción: un nuevo reparto de la baraja; hay libros que ya nacen emparentados con las pantallas -videojuegos, cine- estos tránsitos conllevan unas características en la migración entre pantallas, más acción, textos cortos, etc. que no sabemos cómo afectará esto a la literatura infantil de calidad. Hay que indagar si es posible la dualidad de una experiencia ficcional y literaria potente.

Con su exposición Teresa Colomer nos ayudó a visualizar la fuerza que tuvo que hacer la LIJ de calidad para legitimar su parcela, pero afortunadamente estamos en un momento en el que hacen más y mejores libros, que llegan a más niños que nunca. Terminó enlazando con el lema del congreso diciendo que la LIJ dentro de la literatura es la fuerza de las minorías.

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