Tras casi tres meses de cuidados, hoy recogimos nuestra cosecha de habas y guisantes –de las lentejas y habichuelas no supimos nada-; cada uno fue a recoger los frutos de su lata, fijándose bien en la etiqueta para recordar de qué variedad era. Las primeras conclusiones: las semillas más pequeñas fueron las que más pronto y más cantidad produjeron; una lección para los que eligieron las semillas más grandes creyendo que serían las mejores. Nos dio un poco que pensar la variedad de habas rosa porque no sabemos a qué semilla asociarlas. Para ver todo el proceso I e II.
Como cierre, y para recordar, un time lapse de la germinación de las habas.