Chucherías en los centros educativos

El pasado 3 de Septiembre el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de Ley de seguridad alimentaria y nutrición. Como novedad, esta ley introduce aspectos relacionados con la promoción de hábitos saludables de alimentación y la prohibición de discriminación por obesidad.

En cuanto a la alimentación en el ámbito escolar, una vez entre en vigor, la ley propone que la oferta alimentaria de los centros escolares sea variada y adecuada a las necesidades nutricionales del alumnado, para lo cual se adoptarán las siguientes medidas:

-Los responsables de la supervisión de los menús serán profesionales en nutrición y dietética.

-Los centros escolares proporcionarán a las familias información detallada sobre los menús y las directrices para que la cena sea complementaria.

-En las instalaciones que lo permitan, se elaborarán menús escolares adaptados a necesidades especiales de los niños y niñas con intolerancias alimentarias.

-No se permitirá la venta de alimentos y bebidas que no cumplan con una serie de criterios nutricionales que se establecerán reglamentariamente.

Bien, está muy bien que esto esté reglamentado, aunque ya se cumplía en la mayor parte de los centros educativos que conocemos. Como siempre, los centros acaban siendo unos microcosmos donde todo está medido, correcto y en orden. Pero, ¿qué hacemos con las chucherías que vienen en las mochilas, o aún peor, las que se compran y se comen a diario fuera de la escuela con el consentimiento y place de los progenitores? Ya hemos escuchado argumentos de todo tipo que justifican esta permisividad e irresponsabilidad por parte de los padres y madres.

Podemos asegurar que en los centros educativos hay un gran compromiso con la promoción de hábitos saludables, aunque en muchas ocasiones no se proyecte al exterior. En ese sentido, los Premios Estrategia NAOS son una inmejorable ocasión de reconocer esas buenas prácticas escolares. Pueden participar centros educativos. El plazo de presentación de candidaturas está abierto hasta el 13 de diciembre de 2010.

1 Comment

  1. Antes de nada quiero darte la enhorabuena por este blog maravilloso. Estoy buscando tiempo para acabar de leerme todos los post que llevas poniendo hasta ahora.Por lo de pronto ya se lo recomendé a varios commpañeros y amigos.
    En cuanto al «Proyecto de Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición», que por supuesto no leí, me llama la atención el punto que mencionas de «la prohibición de discriminación por obesidad». Mi hijo, como un 8% de la población infantil es alérgico, no intolerante, y la falta de formación y concienciación hace que además de discriminación su salud se ponga en peligro. Se le descrimina porque no puede participar de actividades del aula y del centro. Esta semana sin ir más lejos se quedará en casa el día del magosto como lo hará cuando se lleven filloas en carnaval, por poner algunos ejemplos.Cada vez que hay un cumpleaños y se reparten cucuruchos de chuches que traen los niños porque el centro lo permite se le recuerda que él no es igual que los otros niños.Con lo fácil que sería prohibir las chuches, digo sin miedo prohibir comos se prohibe el tabaco, y de esta forma hacerle la vida más fácil a niños con dietas especiales y limitar la ingesta de calorías vacias de niños con sobrepeso, que son bastantes. España es el 2º país europeo con mayor obesidad infantil y Galicia va en cabeza.

    Gracias por este blog.

    PS
    Aprovecho para hacerle publicidad a un curso de la universdad de Santiago sobre alimentación y alergias en la escuela que se celebrará en noviembre.

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