Educar en casa

En el periódico El Correo Gallego del domingo 31 de enero leemos la noticia «Veinte familias gallegas educan a sus hijos en casa, sin ir al colegio”. Los padres optan por convertirse en guías educativos para potenciar las capacidades personales de los menores y por estar en desacuerdo con el método de la formación tradicional. Internet se convirtió en el aliado estratégico para desarrollar los programas y conseguir los certificados.»

En educación infantil, dado que no es una etapa obligatoria, no se detecta si un niño no está escolarizado. Los datos disponibles indican que a día de hoy en Galicia está escolarizado el 99% de los niños y niñas de 3-6 años, atribuyéndose el 1% restante derivado de problemas como pueden ser la distancia al centro educativo (por la dispersión poblacional), enfermedad y otros como imposibilidad de compatibilizar horarios parentales y escolares.

Pero cuando hablamos de la enseñanza básica y obligatoria, hay familias que no escolarizan a sus hijos por motivos como son evitarles influencias negativas y el aprendizaje de malas costumbres o violencia de los compañeros; por la laicidad de los centros o por la ausencia de formación religiosa; por la carencia de vínculos afectivos profundos y distanciamiento de la vida familiar; o por la poca preocupación por los valores morales de la escuela.

El homeschooling o enseñanza de los niños en edad escolar en el hogar está reconocido y autorizado en países como Canadá, Australia, Francia, Inglaterra o Estados Unidos donde millón y medio de niños siguen esta opción porque sus progenitores «objetan» de la escuela.

En España existe la red Crecer sin escuela y la Asociación por la Libre educación que aglutinan familias que consideran que la educación en el hogar es una opción responsable y adecuada para sus hijos. Hacen suyas y asumen muchas de las críticas que Ivan Illich le hacía a la escuela: «La escuela parece estar eminentemente dotada para ser la iglesia universal de nuestro mundo en decadencia…», o «La escuela es un rito iniciatorio que introduce al neófito en la carrera sagrada del consumo progresivo.»

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